El seguimiento es la clave, pero la pregunta entonces es, ¿cómo podemos generar esta disciplina.
- Solo una persona de cada cinco que inician una dieta logran concluirla.
- 95% de los blog que se abren o inician en internet son abandonados en un año.
- El primer año de haber iniciado un negocio, cierran 3 empresas de cada 10 que abren, el 90% cerrará en 5 años.
- Se casan 580 mil personas al año en México y se divorcian 108 mil, casi 20%, y los divorcios están aumentando casi 6% cada año.
Estos son solo algunos de los cientos de ejemplos de cómo abandonamos nuestros objetivos en el tiempo. ¿cuántos objetivos mantenemos vigentes de los que iniciamos al comenzar este año?
La mayoría de las personas definimos un montón de objetivos, muchas veces solo muy buenas intenciones, pero son muy pocos los que definimos claramente como objetivos y establecemos una ruta o plan de acción para conseguirlos.
Son mucho menos las iniciativas que mantenemos vivas mientras pasa el tiempo, a veces se mueren en el camino por dificultades que se presentan para cumplir con las tareas o esfuerzos que nos demanda.
El tema es que muy pocos objetivos se mantienen en el tiempo. Lo curioso es que esto ocurre tanto en las personas como en las empresas u organizaciones, y lo interesante es que esto ocurre con mayor gravedad en nuestra cultura latina que en otras culturas anglosajonas o asiáticas.
Un gran factor de no mantener vivos los objetivos o proyectos tiene que ver con la motivación, ya que esta es el combustible para sobrepasar los retos que por naturaleza existen para lograr objetivos. Si los objetivos no presentarán retos, seguramente no tendrían tanto valor alcanzarlos, así que el mantenimiento de la energía es la motivación que genera la constante actualización del significado, el valor que representa para nosotros las implicaciones de los logros. Por ello conocer las bajas posibilidades de mantener nuestros objetivos vivos y buscar lograrlos con eficiencia, ya que podemos anticiparnos para aumentar las posibilidades de que se logren, de mantener el combustible y buscar mejores rutas que nos den rapidez de logro y eficiencia de recursos, principalmente de tiempo y dinero.
El famoso iniciador del campo del desarrollo humano y pensador Napoleón Hill, quien se dedicó a estudiar a personas exitosas como Andrew Carnegie, Thomas Edison y Alexander Graham Bell, y quien además escribió decenas de libros entre ellos “piense y hágase rico”, “La llave maestra de la riqueza”, resume el procedimiento para lograr el éxito de la siguiente manera:
- Escriba una declaración completa y clara y definida de su propósito mayor en la vida, fírmela y memorícela. Luego repítala audiblemente al menos una vez cada día, si es posible con más frecuencia. Repítala una y otra vez, encomendando así su propósito y su fe a la inteligencia infinita.
- Escriba un plan concreto y claro por medio del cual usted se propone empezar el logro de su objetivo ligado con su propósito mayor definido. En esta declaración establezca el limite mayor de tiempo permitido para el logro de su propósito. Y escriba exactamente lo que se propone dar a cambio por la realización de su propósito, recordando que no existe tal cosa como algo a cambio de nada, y que todo tiene un precio que debe pagarse por anticipado de una forma u otra.
- Haga su plan lo suficientemente flexible para permitir cambios en cualquier momento en que tenga la inspiración para ello. Recuerde que la inteligencia infinita, que opera en cada átomo de la materia y en cada cosa viva puede presentarle un plan muy superior al que usted haya podido anticipar.
- Adhiérase estrictamente a su propósito mayor y a sus planes hasta que reciba instrucciones adicionales para llevar a cabo plan en la descripción del principio de la mente maestra, como sigue: No cometa el error de asumir que debido a que no entiende estas instrucciones, los principios no son procedentes. Siga las instrucciones al pie de la letra, acátelos de buena fe y recuerde que al hacerlo estará replicando el procedimiento de muchos de los líderes más sobresalientes que la historia ha producido.
¡Te deseo una vida en el que sigas tu propósito mayor y encuentres tu verdadera riqueza!