Santiago prefiere mantener ese tamaño y obtener los beneficios que le produce no tener tantos “problemas”, aun cuándo sus competidores son más grandes y cada vez mas frecuente que pierda clientes por no ser competitivo.
Santiago es el ejemplo de miles de empresarios en México y Latinoamérica que no conocen como ejecutar en forma consciente y crear un sistema empresarial con procesos, algoritmos, interfaces, protocolos de trabajo con un gran equipo empoderado de personas que trabajen en forma entusiasta, en equipo y con espíritu de emprendedores.
Santiago no conoce 3 conceptos muy importantes de la economía, y tiene miedo de crecer, ya que cuando lo ha hecho en el pasado ha experimentado los rendimientos decrecientes y en lugar de haber crecido su capacidad instalada, solo se lleno de más trabajo y problemas.
Al igual que Santiago, la mayoría de los empresarios no conocen un concepto muy importante objetivo de las empresas y 2 leyes de la economía, que explico a continuación:
La rentabilidad es la relación que existe entre los beneficios de un objeto o proyecto, y la inversión o esfuerzo para poder obtener esos beneficios.
Las empresas privadas por naturaleza se enfocan en lograr maximizar la rentabilidad, es decir esa relación. Hacerlo significa abatir los costos marginales e incrementar la capacidad de la empresa.
La Ley de los rendimientos decrecientes nos indica que dada una estructura productiva (capacidad), a mayor producción menor productividad o rendimiento. Esta ley es poco observada por los empresarios, como es el caso de Santiago, por que deseamos maximizar la rentabilidad y aprovechar al máximo la capacidad que tenemos, sin embargo los recursos son cada vez menos explotados en su potencial al aumentar el trabajo.
La capacitación y empoderamiento de los empleados significa aumentar la capacidad, de lo contrario el trabajo va a caer en el empresario como le pasa a Santiago, o en empleados que solo aumentan su carga de trabajo, no su capacidad de producir más con menos recursos.
Por supuesto que los empresarios deseamos incrementar la productividad total y es por ello que aun cuando a cada incremento de una unidad de trabajo adicional sea marginalmente menos productiva, aun así, deseamos sumar unidades positivas de productividad. El problema inicia cuando se dan incrementos negativos de productividad, ello ocurre cuándo los empresarios somos más auto-empleados que empresarios, y nos faltan horas para operar nuestro negocio.
Esta ley es más fácil explicarla con la productividad que tenemos en una cocina de nuestra casa, la cual esta diseñada para que puedan tener una productividad adecuada 1 o 2 personas, sirviendo a una familia de 4 o 5 personas. Pero imagina ¿que sucede si al tener un banquete especial, la misma cocina, la estufa, refrigerador, espacio, utensilios, etc.. se utiliza para servir un banquete especial para 50 o 100 personas?
Imagina a tu mamá, esposa, vecina, prima, las 2 amigas de tu esposa y tu suegra en ese pequeño espacio, imagínalas chocando unas con otras al desplazarse, esperando que una desocupe un utensilio para poder usarlo, etc.., imagínalas sin coordinación y organización, ¡Que desastre!, cada una de ellas será menos productiva. Este es un claro ejemplo de la Ley de los Rendimientos Decrecientes.
Santiago, como muchos empresarios, tal vez experimentaron lo mismo, y prefirieron no servir más que a 5 personas, en lugar de coordinar a un equipo y ampliar la cocina para servir con orden a más personas. Incluso bien coordinados podrías hacerlo con menos ayudantes en la cocina.
Por que es importante explicar esta principio de la economía en el contexto de este artículo sobre ejecución consciente, la razón es muy sencilla, si al ejecutar consideramos establecer algoritmos, protocolos, interfaces, procesos, reglas, lógicas de negocio; y además utilizamos tecnologías de información digitales, y además capacitamos, empoderamos y entusiasmamos a un equipo de colaboradores, entonces tendremos una capacidad casi-infinita y el principio de los rendimientos decrecientes podrá inclinarse ante nuestra empresa.
Este es el escenario del modelo económico de una empresa moderna y exitosa en la era digital, con capacidad para escalar y replicar en forma masiva su operación.
Otra ley de la economía a la que a veces no somos conscientes los empresarios es la Ley de los costos marginales, la cual mide la relación de la variación en los costos al incremento de una unidad adicional de producción. Esto significa que es importante disminuir este incremento ante la incorporación de un nuevo cliente.
Si la incorporación del cliente número 50 o 500 a nuestra empresa, nos representa incurrir en el mismo costo que el primer cliente, entonces tenemos un serio problema, ya que no hemos abatido los costos marginales, esto significa que no estamos aprovechando la economía de escala, los recursos fijos y establecidos para atender con mucho menor costo al cliente 50 o 500 de nuestra empresa.
¿Estas abatiendo los costos marginales en tu empresa?, ¿Cada cliente nuevo te sale más barato y por lo tanto obtienes mayor rentabilidad?
Por ello es sumamente importante que durante la ejecución consciente busques no solo operar, o sea comprar, vender, brindar el servicio y hacer felices a tus clientes, por cierto condición necesaria para obtener éxito en el mercado, si no que también busques cada vez ser más rentable, que a cada cliente nuevo tengas un costo menor y le darás mayor valor.
¿En que consiste la ejecución consciente?
La ejecución consciente es cuando todas las decisiones y acciones de una empresa están alineadas a una intensión meditada, definida y clara; además que todos en la empresa conocen esa intensión y todas sus acciones están igualmente alineadas y enfocadas con esa intensión. Significa además que al realizar las acciones la empresa es capaz de observar los resultados en tiempo real y realizar cambios para asegurar mejorarlos.
Para lograr hacerlo, según nuestra experiencia, requieres de al menos 4 componentes muy importantes:
1) Claridad total.
Claridad es el gran activo de las empresas y debe estar en varias dimensiones:
a) Claridad del entorno, b) claridad de entender muy bien a los clientes, sus deseos y necesidades, c) claridad del propósito de la empresa, d) claridad del destino de largo plazo, e) claridad de la estrategia, f) claridad de los objetivos de corto plazo, un año, tres meses, g) claridad de resultados vs lo que se pretende.
Tener claridad es el primer componente. ¡Actuar sin pensar, es como disparar sin apuntar!
Lo primero que debemos hacer es discutir estos aspectos. Nosotros tenemos un taller de planeación estratégica que ayuda a clarificar. Sin tener claro a donde queremos ir y que ruta vamos a usar, no es posible ejecutar en forma consciente, ni disminuir los costos marginales, ni incrementar la capacidad para abatir la productividad decreciente, en una palabra lograr la rentabilidad sustentable.
2) Aplicar la mejores prácticas empresariales.
Vivimos en un entorno totalmente diferente que el siglo pasado, el estilo de vida de las personas ha cambiado, su psicología, la forma en que nos informamos y motivamos, todo debido a la tecnología, la vida moderna y el acceso a información.
No obstante lo anterior, muchas empresas continúan utilizando el modelo de administración que nació junto con la revolución industrial, ¡lo siguen enseñando en los programas de administración y negocios de las universidades! Que horror.
Muchos ejecutivos utilizan esos principios, y al obtener resultados pobres culpan al entono, a los tiempos, a la competencia a la crisis, a quien sea.
Los nuevos principios de la administración y gestión de negocios exitosos en el actual entorno los encontramos de hecho en la práctica de las empresas que están logrando ser exitosas actualmente, empresas que están creciendo en forma exponencial. Estas empresas utilizan nuevos métodos de organización y relación con clientes, proveedores, aliados y comunidad.
Conocer estos principios es fundamental para ejecutar en forma consciente y efectiva. Lo segundo que hacemos en nuestros clientes es mostrarles los principios de administración y gestión de negocios que utilizan estas empresas modernas exitosas, que nacieron y al crecido en forma exitosa y rentable en 15, 10, 5 o menos años.
Conocer estos principios y prácticas otorga a las empresas recursos muy ricos para la ejecución consciente.
3) Transformar al líder y a su equipo.
La cultura es el conjunto de creencias, valores y principios del comportamiento de una comunidad o ente social. La forma de pensar, sus hábitos y costumbres determinan su conducta y esta al final del día sus resultados.
Al igual que un equipo profesional de futbol u otro deporte requiere de un entrenador que trabaje no solo a nivel físico, sino mental, también lo requiere el empresario y su equipo de colaboradores, si es el caso que desea ser profesional y de alto desempeño. Se trata de fortalecer el “set mental”, la cultura de la empresa para hábitos más productivos y relaciones de mayor bienestar.
La transformación viene acompañada de fortalecer la cultura organizacional, de crear un ambiente de confianza, de comunicación abierta, de entusiasmo por los mismos objetivos y propósitos, y de abandonar el miedo, el egoísmo, el victimismo y la arrogancia en el equipo.
Crear un verdadero equipo de alto desempeño con la actitud correcta y bien entrenado es la respuesta de la ampliación de las capacidades y abatir los rendimientos decrecientes, hacerlo es la respuesta que Santiago y miles de empresarios no alcanzan a ver y estamos determinados a quitarles la venda de los ojos!
Durante nuestros programas de acompañamiento empresarial, nos aseguramos de que los empresarios lideres y sus equipos obtengan coaching que les impulse dar ese salto, esa transformación.
4) Uso de la tecnología.
Usar la tecnología nos permite automatizar, obtener datos en tiempo real, llevar información de valor fuera de nuestra empresa a clientes, proveedores, aliados, comunidad. La tecnología nos permite incrementar las capacidades, hacerlas cuasi-infinitas, solucionar el problema de Santiago, abatir los costos marginales de una forma que ningún economista del siglo pasado imaginó.
La tecnología, utilizándola en forma correcta, nos permite organizarnos y coordinarnos en forma productiva, incrementar fácilmente las capacidades instaladas con costos marginales, casi nulos.
Imagina solo por un momento, ¿cuánto le cuesta a Facebook tener un nuevo usuario o a Amazon atender a un nuevo cliente?, exacto casi nada. Su rentabilidad es enrome, sus costos marginales casi nulos y sus capacidades muy fáciles de incrementar rápidamente abatiendo el principio de los rendimientos decrecientes de la economía. Por eso son muy exitosos y por ello pueden crecer en forma exponencial.
Te invito a que participes en nuestro taller, en el cuál te ayudamos a clarificar en todas las dimensiones que necesitas, te enseñamos las características de la administración moderna, flexible y esbelta, además te decimos como tener un equipo de alto desempeño y usar la tecnología para llevar tu empresa al siguiente nivel.
Mauricio Bustos Eguía
Fundador de Elévate
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