Ser emprendedor, una cuestión de vida.
No limites tu éxito.
Tuve la oportunidad de impartir una charla con el propósito de promover el auto-empleo, y el objetivo de generar una reflexión para motivar a los participantes a cambiar su perspectiva sobre lo que pueden hacer posible, que no vieran límites externos, sino llevarlos a eliminar la barreras internas que generalmente nos ponemos para alcanzar nuestro éxito y nuestra felicidad. Mi sorpresa fue que muchos de los participantes habían ya mantenido ese enfoque en su vida adulta, sobresaliendo de obstáculos y encontrando verdaderos niveles de éxito en su vida.
Una señora mayor a 50 años de edad hace poco había dejado de ser operadora de una maquiladora para convertirse en una pequeña empresaria de mercería, y estaba asistiendo a esta expo para aprender manualidades y generar un negocio mayor, “ahora me doy cuenta que voy por mucho más” me comentó la señora al final de la conferencia.
Un señor de alrededor de 70 años, maestro jubilado me comentó “mis hijos no querían que yo pusiera mi negocio, me decían que perdería mi inversión, fueron muchas resistencias, pero finalmente mi esposa y yo nos decidimos a abrir una pequeña papelería, aprovechando que nuestra casa está frente a una escuela, ahora nos va muy bien, tenemos una ocupación digna y me he dado cuenta de que mi esposa tiene muchas habilidades para hacer manualidades, vamos a iniciar otro NEGOCIO PARA HACER centros de mesa y otras manualidades que comercializaremos, el futuro empresarial lo vemos con mucho éxito”.
Otra señora de alrededor de 60 años, me dice que a ella le ha faltado enfocarse a darle seguimiento a su negocio y que definitivamente eso cambiará a partir de la conferencia, sin embargo remata diciendo que a pesar de todo ha sacado a su familia adelante y ha ayudado a muchas personas, lo que no cambiaría por nada, ya que la hace sentirse muy bien con la vida.
Después de escuchar estos testimonios, y otros que dejó de publicar por razones de espacio, de personas que han tenido el coraje, la disciplina, la valentía y que han escuchado su voz interna que les dice “tú puedes”, más que las limitaciones externas que ellos han experimentado como retos, me puse a reflexionar cómo es que estas personas decidieron entrar a mi conferencia que se titulaba “Éxito sin excusas”, siendo que podrían haber aprovechado su tiempo para explorar negocios y aprender nuevas técnicas durante la expo, conocer personas para HACER NEGOCIO u otras actividades, bajo el criterio de que estas personas no requerían motivarse, no requerían que alguien como yo les dijera que tienen posibilidades infinitas, que les recordara que sus limitaciones son del tamaño de sus creencias, que su potencial radica en tomar acción, que no se es feliz cuando se logran las cosas, que se logran las cosas cuando se es feliz.
Mi reflexión me generá un nuevo aprendizaje, las personas que experimentan la necesidad de la motivación continua, de la capacitación constante, del aprendizaje de nuevas formas de despertar su potencial, son precisamente las personas que reconocen el valor de ello, y asocié a los participantes a esta charla que he mencionado, con las personas que normalmente conozco en mis entrenamientos de coaching, desarrollo personal, programación neurolingüística, que tienen en común el hecho de reconocer el valor de despertar el potencial en modificar nuestras creencias sobre lo que podemos lograr, y lo que nos merecemos, sobre la forma de encontrar nuevas perspectivas o elementos de inspiración, de encontrar constantemente herramientas y argumentos para ser más felices.
Mi aprendizaje que comparto en este artículo tiene que ver con el hecho de que las personas que más necesitan de encontrar estas fuentes de inspiración casualmente no ven esta necesidad, que las personas que más requieren del encuentro con estas herramientas y experiencias son las que menos las buscan.
En mi actividad de promoción y ventas de mi empresa Elévate, constantemente busco clientes y realizó llamadas a personas que yo considero pueden beneficiarse de estas experiencias, generalmente son empresarios o ejecutivos que se comunican e influyen en otras personas. Sin embargo no siempre tengo éxito en lograr despertar el interés en ellos, ya que muchos de ellos piensan no necesitar este tipo de herramientas, mientras que mis seminarios y talleres frecuentemente están llenos de personas con apetito de cambio, de transformación, personas con una alta motivación para llevar a otro nivel su negocio, su vida, personas que consideran que las oportunidades de mejorar están en ellos mismos y no en los demás o en las circunstancias.
Desde mañana modificaré mis estrategias de ventas, enfocándome a identificar a personas que hayan tomado cursos de programación neurolingüística, desarrollo personal, coaching o que han pasado antes por aprendizajes espirituales, y que por lo tanto reconozcan el valor de estas experiencias para convertirse y mantenerse como personas inspiradas contribuyendo constantemente a su persona, a su equipo de trabajo, a los demás, a su comunidad, a su país, al mundo.
Mauricio Bustos Eguía