“Cuándo quieres verdaderamente algo, todo el universo conspira para que lo consigas”
Pero qué pasa cuando pasamos por momentos en donde las circunstancias parecen lo contrario, entonces se genera un espacio de aprendizaje y ajuste, o sea es parte de la conspiración. El secreto es no desistir y encontrar el propósito de lo que buscamos.
Sin embargo, ¿cómo saber que ajustar, ¿cómo saber si ajustar demasiado es cambiar el rumbo?
La respuesta está en tu propósito. Por ejemplo el propósito desde que di a luz a mi empresa Elévate fue ser un factor para que mis clientes, personas y empresas logren materializar su enorme potencial. Este propósito nace bajo la creencia o filosofía de que las personas, todos, tenemos un gran potencial que a lo largo de nuestra vida no utilizamos por diferentes circunstancias. En gran parte la razón principal es por la falta de autoconocimiento, autoconfianza y autovaloración de que realmente poseemos ese potencial.
En este sentido es que el propósito de crear una empresa como Elévate es trascender colaborando para que mayor número de personas y empresas descubran su propio potencial y lo utilicen para crear valor en el mundo. Este valor se traduce en soluciones de problemas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los seres humanos en algún sentido y genera abundancia.
Por ello conocer el propósito de tu misión, meta o proyecto es fundamental, ya que puedes cambiar la forma de hacerla realidad, ir encontrando o descubriendo la forma de construir ese propósito. El “qué” y el “cómo” siempre cambiará pero el “para qué” es el que permanece.
En este marco de ideas, es cuando el universo se convierte en tu aliado más fiel, incluso en los fracasos o dificultades, ya que estas dificultades son formas de ir moldeando el “cómo” hacerlo o maneras que el universo nos ayuda a cambiar el “que” para cumplir ese propósito.
A mi en lo personal me ha pasado en muchas ocasiones, la mayoría mi conclusión es que el universo no me esta ayudando, ¿como podría pensar que me esta ayudando, que esta de mi lado cuando todo sale mal? Pero he llegado a madurar espiritualmente hasta comprender que es lo contrarío, me está hablando al oído, me está aconsejando lo que debo cambiar. Resulta que el universo no habla lenguaje, habla circunstancias.
Así pues, todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos. Cuando maduramos nuestra consciencia espiritual comprendemos que muchas veces defendemos mentiras y nos engañamos a nosotros mismos y sufrimos por tonterías. Mi mensaje en este artículo es no te culpes por ello, ni pierdas tiempo y energía en lamentaciones, solo asegúrate que tus errores no se repitan.
Si acaso tienes un pasado o un pasaje del pasado que no te deja satisfecho o que te limita, olvídalo ahora mismo. Imagina una nueva historia para tu vida y cree en ella. Concéntrate sólo en lo que verdaderamente deseas ahora y el “para qué”.
Me encantó una enseñanza relevante de Paulo Coelho en alguna de sus lecturas que me dejó un gran aprendizaje, entender las tres cosas que un niño siempre puede enseñar a un adulto:
1) a ponerse contento sin motivo,
2) a estar siempre ocupado con algo y
3) a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.
Así bien querido lector, espero que apliques con entusiasmo, energía y determinación el exigir con todas tus fuerzas lo que deseas, no solo con el lenguaje verbal, sino con la constancia de tu actitud y acciones, aprendiendo a leer los mensajes que el universo y “pivotear” o modificar tu proceder.
Te invito a que te conectes con nosotros en Elévate y conozcas nuestro programa de coaching, un acompañamiento hacia tu grandeza, hacia su propósito, hacia tu felicidad, hacia tu realización.
Autor: Mauricio Bustos Eguía, Director de Elévate.